Ha sufrido más de un exilio. El primero durante la dictadura, cuando partió a España, donde vivió seis años. Después, desde 2002, la salud de sus pulmones decayó hasta llevarla a internaciones delicadas y la exilió, de a ratos, de los escenarios. Pero su vigorosa personalidad y su cálida voz siempre están, y se reinventa en la canción.

En realidad Marilina Ross debutó cantando, en 1974, con el disco “Estados de ánimo”. Pero su popularidad vino por el lado del cine, el teatro y la televisión. Primero fue “La nena” en la tele. En el 75, a las órdenes de Lautaro Murúa se transformó en la entrañable hincha de Boca, “La Raulito”, y se destacó en el teleteatro “Piel naranja”, de Alberto Migré. Al teatro entró de la mano de Luisa Vehil. Formó parte del grupo Gente de Teatro (“Cosa juzgada”, con Luppi, Aleandro, Carella, Mujica, Alfaro y Gené).

Después vendrían muchas obras de teatro, películas y casi 20 discos. Y la cantante y compositora terminó imponiéndose sobre la actriz, hasta convertirse en uno de los exponentes de una música comprometida con su tiempo. “Quereme, tengo frío”, “Escaleras mecánicas”, “Puerto Pollensa”, “Casi sin querer” y “Soles” son sus emblemas entre muchas otras cancions.

En 2009 fue distinguida Ciudadana Ilustre de Buenos Aires: entonces oficializó su retiro profesional. Está de retorno con un nuevo show, dirigida y acompañada nada menos que por Ángel Mahler.

- Estás de vuelta en el canto. Todo un desafío y una prueba de que se puede cuando hay voluntad...

- Voluntad y ¡que te acompañe la salud! En mi caso, arrastro un EPOC de cuando fumaba, que me llevó a dejar de cantar, pero últimamente ya lo estoy llamando Belle EPOC porque se porta muy bien, está quietecito y no molesta para cantar. Tuve grandes incentivos de mi querida amiga Sandra Mihanovich, y de mi pareja, que me empujaron a subirme de nuevo a un escenario y volver a ser feliz con mis canciones.

- La cantante Marilina, ¿extraña a la actriz?

- La verdad es que no. Siempre me hizo más feliz lo que se relaciona con la música que con la actuación. La música, desde el momento de la composición, pasando por el arreglo musical, los ensayos con los músicos y finalmente el encuentro con el público.

- ¿Qué te da la sociedad musical con Mahler?

- Bueno, por ejemplo: cuando compongo me importa mucho crear los climas necesarios para transmitir esa historia que quiero contar, casi como una pelicula. El encuentro con Ángel fue genial porque él me entiende como nadie cuando le digo: “aquí sale el sol”, o “es de noche”… o “un rock de Pappo…” Qué sé yo… mis canciones son todas tan distintas… Tengo hasta tangos y chacareras, pero las baladas son las que más llegaron al público. Y para Ángel es fácil traducir esos climas en un arreglo musical porque viene del teatro, de la comedia musical, además de su talento, claro. En este show nos acompaña también Dolly Stabilini, una violinista exquisita, que aporta toda su dulzura y sensibilidad.

- ¿Hay un eje temático en tu show?

- Mis canciones hablan de mí, no hay ficción. Cuento lo que me pasó, lo que siento, lo que veo, lo que me duele. También lo que voy aprendiendo en la vida y lo que me hace bien lo transmito… Tal vez ayude a alguien, como eso de “aunque no lo veamos el sol siempre está” que, cantado a coro, se convierte en un mantra que nos hace bien a todos.

- ¿Plantearás un recorrido por tus discos?

- Sí, por supuesto, no todos… no caben… pero los más significativos para mí y también los que más me piden.

-¿Habrá temas inéditos?

- También habrá algún inédito. Pero lo que sí habrá -seguro- será ese sentimiento compartido que siempre he tenido con la gente de Tucumán, de Monteros… Alegría, emoción y mucho amor para compartir. ¿Nos vemos?

CANTA HOY

• A las 22, en Casino Parque Sheraton (avenida Soldati 440)